Sentado aquí frente a tu imagen,
tan clara como lo fue desde el primer momento que te vi.
Si aquel día, ese día poco nublado con tu sonrisa fresca y apenada,
sonrojada por el encuentro que sin ser fortuito fue meramente inesperado.
Te vi y no pensé que en mi vida entraras,
solo te vi ahí como una dulce pequeña jugando a mayor.
Y hoy aquí estoy frente a ti sin haber tenido la oportunidad de decirte adiós,
sin saber y reconocer que ya no estarás mas aquí.
Hoy te veo tan igual y tan diferente, te desconozco.
Pero esa imagen tuya del primer día me acompañara grabada en mi mente,
día tras día hasta el momento de mi muerte,
es sin duda una de las imágenes más bellas de mi vida
y quedo grabada en mí hasta los huesos.
Hoy frente a ti estoy sin que estés aquí,
pero debes saber que no importa cuanto tiempo viva,
ese primer momento existirá una eternidad.
Hoy frente a ti adiós te digo no por querer si no más bien por deber.