Maldita violencia
Plaga maldita, que arrasa con el dolor sangrante de los corazones
Como huracán, que azota con furia las llamaradas de los dragones
Violencia malvada, que sangra con angustia, dolor y desesperaciones
No está inscrita, ni nace con el ser, ni tiene reglas, ni patrones
Víbora letal, que muerde y lastima las entrañas del alma, evitando sus confesiones
Violencia, que riega con sangre la naturaleza y al ser en todos los rincones
Esparciendo miedos y temores, como el trueno, que desata el rayo cruel y mortífero en sus desesperaciones
Relámpago escalofriante, que saca del letargo, llenando el horizonte de caos y confusiones
Violencia maldita, que desgrana con furia los pétalos de la flor, acabando con la belleza de sus perfúmenos y admiraciones
Maleza maldita, que crece arrasando la paz y el regocijo, con la vida y sus emociones
Violencia maldita, que cubre su cara, mostrando con sangre las lágrimas de sus dolores
Es la máscara de la muerte, que se asoma trémula, mostrando nerviosa sus horrores
Es la sombra siniestra, que arrastra su túnica con miedos y estupores
Mortaja que envuelve el cadáver, que una vez tuvo vida, pasión y amores
Violencia maldita, que termina en un panteón sin nombre, sin que nadie espante sus hedores
Y el recuerdo se olvide por miedo a denunciar, llenando el ambiente de caos y temores
Violencia atroz y abominable, que vomita odios, soberbias y traiciones, dejando una nube espesa de rencores
Tortura en el silencio de la soledad, apagando el sonido, que hace vibrar a los motores
No sólo es el rifle, que vomita la bala de la muerte, enlutando los rayos encantadores
No sólo es el casquillo y el plomo, que asesinan la inocencia de la vida, por simples habladurías y rumores
Es la soberbia y la arrogancia desmesurada del poder, que apaga el sueño placentero de los soñadores
Violencia maldita, que huele a sangre derramada por el vil asesino de los amenazadores
Es la podredumbre del hedor de las fosas comunes, que esperan justicia para los inquisidores
Es el grito lastimero y profundo, como una ambulancia sin sirena y sin eco, que se pierde en los anaqueles de los defensores
Violencia maldita, atiborrada de cadenas, torturando la conciencia con barrotes enmohecidos, con el dolor de sus pavores
Es un infierno que se vive en llamas incandescentes, de ambición y corrupción, anidando espantos y miedos aterradores
Es la pérdida del olfato, que no deja oler los crímenes, sólo el gusto de la violencia y su aterrador placer
Es un carro fantasma, que se deja a sus anchas apreciar, palpar y ver
Va y viene de noche y de día, cubriendo con un manto de oscuridad y de incertidumbre, la mortaja de un amor y un querer
La violencia, es la pedrada que rompe el cristal del farol, sin entender, ni comprender
Apagando la vida hermosa y placentera, sembrando una sombra con dolor y lágrimas de sangre, que el tiempo olvida y el recuerdo empieza a desaparecer.
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga junio 01-2023