Cuando se estira... ¡se arruga!
Y si se encoge... ¡se estira!
Lo que digo, no es mentira
y no crea que es lechuga.
Tampoco es una tortuga
que campante usted la mira
cuando lentamente gira
y asustada ella se fuga.
Dos letras hay en el cielo
y otra en duda, no lo dudo.
Se repite una de anhelo,
si usted gusta, yo le ayudo:
«encogido por el hielo
se hace siempre puntiagudo».