Nitsuga Amano

En el eco de la lluvia evoca mis tristezas

La lluvia susurra con ternura,
a través de mi ventana abierta,
mientras la brisa danza su melodía
sobre el cristal que espera.

 

 

En sus gotas se reflejan sueños perdidos,
memorias que el olvido olvidó,
cicatrices del tiempo, tatuajes del alma,
heridas que en silencio lloran sin voz.

 

 

Mi sombra triste busca en la humedad,
un abrazo que calme su pena,
y en cada promiscua gota de lluvia,
mis lágrimas se pierden en la escena.

 

 

La ventana, testigo mudo de los grises,
evoca recuerdos lejanos y sombríos,
tormentas pasadas, tormentos callados,
lágrimas secretas que hoy son ríos.

 

 

Vivo prisionero de un olvido en penumbra,
como una tormenta desatada en la mente,
buscando cerrar heridas sin clemencia,
mientras susurro que todo ya es ausente.

 

 

Pero la tormenta persiste, insaciable,
y en la oscuridad, mis lágrimas calladas,
siento cómo las cicatrices del pasado,
despiertan en mi memoria agotada.

 

 

En este eterno regreso al ayer,
busco consuelo en el llanto del cielo,
pero sé que es solo un recuerdo efímero,
una sombra que se desvanece en el tiempo.