En mí soledad nocturna
Cuando mis ojos te contemplan
y tu centelleante cuerpo alumbra
Ya nada me preocupa.
Veo tus ojos y me preparo para la aventura
A veces mis palabras mudas
Me dominan y me subyugan
Pero tu voz que nunca calla y siempre triunfa
Mis oídos siempre la escuchan.
Y a pesar de haber perdido
Siempre vuelvo a la lucha
Vuelvo al combate de este amor que no morirá nunca.