Lucy Quaglia
Luna de noviembre
Luna grande, un poco vacía
que se asomaba esta tarde
cuando mi canto llegaba
a rozar tu cara limpia
y tus rodillas de acero
mientras la colina grande
se alejaba dulcemente
bajo los campos de trigo,
cerca los de maíz,
con la avena y el centeno,
con los porotos de soja
y algún zapallo sin pena.
Luna inmensa tan hermosa
con tu cara blanca sucia,
de manchas hechas con piedras
buscando dónde esconderte
cuando subís hacia el cielo
a encontrarte con estrellas.
Luna enorme y soñadora
que me asombraste a la vuelta
de mi camino hacia casa
cuando jugabas contenta
a la ronda de paisajes
sobre las plantas de otoño
en los bosques de esta patria
que esperan a las nevadas
que en cualquier momento llegan.