José Ángel Pineda

Solos

Como antes, como siempre solos,

solos en todo y en nada,

siempre solos, solamente; soledades

permanentes, soledades percusiones

soledades en los cueros, soledades de madera, 

en los sueños de metales, soledades de los vientos,

y en los sueños bien despiertos.

Las letras de voces acariciantes,

y de suaves miradas fijas en mi piel cerca y distante,

y en esa maldita biblioteca, que cayó sobre tu cuerpo,

y que soportaba tantos libros, como piedras insoportables,

falso jardín de acuarelas y apariencias,

tan extrañas coincidencias de ser culto, y me elogio,

y me halago, como en alguna aventura,

y perdido en la ignorancia.

me ignoro.