Como antes, como siempre solos,
solos en todo y en nada,
siempre solos, solamente; soledades
permanentes, soledades percusiones
soledades en los cueros, soledades de madera,
en los sueños de metales, soledades de los vientos,
y en los sueños bien despiertos.
Las letras de voces acariciantes,
y de suaves miradas fijas en mi piel cerca y distante,
y en esa maldita biblioteca, que cayó sobre tu cuerpo,
y que soportaba tantos libros, como piedras insoportables,
falso jardín de acuarelas y apariencias,
tan extrañas coincidencias de ser culto, y me elogio,
y me halago, como en alguna aventura,
y perdido en la ignorancia.
me ignoro.