En el principio
el mundo era un vacío
y nada había.
Surgió la luz
de mano misteriosa
e inexplicable.
Y con la luz
brotaron margaritas
del universo.
Astros, planetas,
estrellas vagabundas
y los cometas.
¡Cuánta grandeza
nos vino regalada
desde los cielos!
De todas formas
habrá quien esto juzgue
de otra manera.
Pero no importa.,
pasamos de un vacío
a estar repletos.
Hoy nos agobia
el mundo en que vivimos
teniendo tanto.
Antes, con poco,
vivían muy felices
nuestros ancestros.
Yo, me conformo,
con ver mi mariposa
con su sonrisa.
Y cada día
la mando mis suspiros
para sus labios.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/06/23