Mirada tierna, suave…
como una tarde acariciada,
por el color de un pincel,
inspirado en su enamorada.
Y tu sonrisa…
enmarcada divina,
por tus labios primorosos,
que a los mios,
harían muy dichosos.
Y tu suelto cabello,
acariciado por la brisa,
en tu real rostro bello,
mi verdadera delicia.
Eres un paisajito precioso,
una bella escultura,
como si un ángel inspirara tu molde,
para crearte mujer,
¡ Verdadera hermosura !
© Saulo García Cabrera
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