Por la calles inexpresivas y silentes,
bajo un Sol que brilla y atemoriza,
las almas perdieron la sonrisa;
persiste la alegría en poca gente.
La noche de luna loca y menguante
abriga a los corazones generosos;
dominan el paisaje festivo y de gozo
sin temores ahuyentan el olvido
que de las nuevas estirpes han sufrido;
la cordura enfría los malos momentos
se llena con elíxir el pensamiento
para abrazar la bella alborada
con ilusiones bajo la almohada.