Descubrimos el culmen de nuestros sentidos
con las almas desnudas, caminando a raíz
pero levitando, buscando tocar el cielo
acompasados, los corazones entrelazados.
Disfrutamos de veranos interminables;
nos bañamos de rocío jugando con las olas;
combinamos las noches frías de invierno;
cuántos regalos nos dimos sin motivo.
Cuántas cosas nos emocionaron juntos;
mis ojos tienen impresas tus maravillas;
mi boca sabe a los besos no esperados;
en mis oídos vive el eco de tus suspiros.
Mis manos guardan el calor de tus poros;
vengo a ti… alimentada por tu voz
y tus pensamientos siempre a tiempo,
muy feliz de vivirte en cada momento.
Y respiraré tu aliento que me subsume
en esa alegoría de amor y ensueño;
me subyuga esa comunión que tenemos,
en un plano no habitable para humanos.