Mi amor por ti es grande, más grande que el mismo mundo.
Ese que se empeña en alejar nuestros cuerpos,
Sin saber siquiera que el amor lo llevamos en el alma.
En tu mirada infinita veo el reflejo de este amor.
Gracias a la vida, que hizo coincidir nuestros destinos,
He aprendido a hablar el lenguaje de la piel.
Me enseñaste a respirar…sólo el aire que tú exhalas,
Cuando tu cuerpo se estremece si mis manos te tocan,
Porque tu amor no pide nada, sin embargo lo da todo.
Te extraño, mujer. Mi alma te extraña, mi cuerpo también.
Sólo tú has visto más allá de lo que muestro,
Sólo yo he entendido lo que tu voz no dice.