Un cuarto de siglo ya, y me siento tan pero tan fatigado; como si hubiera peregrinado por la tierra mil años.
No es que el correr de los días me hayan hecho mucho agravio, pero dentro del candelabro siento que las llamas van menguando.
Los eventos que se suceden ya para nada me sorprenden, los he visto repetirse tanto…que hasta los puedo predecir cual gitano leyendo las manos.
Fatigado y confundido en este cuarto de siglo, transito por éste laberinto; esperando encontrar en sus pasajes, los sueños y esperanzas que he perdido.
No lo sé, tal vez sólo sea el recuerdo de aquel manzano; ha dejado las puertas abiertas, desde el Seol me está susurrando…