Gotean en mi ventana
sueños, recuerdos, proyectos,
miedos, temores, augurios
culpas y remordimientos,
se deslizan por los vidrios
y no dejan ver el cielo,
son una espesa cortina
de lluvia, fango e insectos
que golpean los cristales
que ensordecen mis oídos
que resuenan en mi estancia
con sus tétricos aullidos.
Intento limpiar los vidrios
pero el pestillo no cede
la granizada de culpas
carga contra los postigos,
las tinieblas cobran cuerpo
y llaman a sus testigos
que aúllan como alma en pena
pidiendo guerra y castigo.
Me dirijo a la leñera,
empuño el hacha de guerra
Y a golpes de miedo y rabia
destrozo puertas, ventanas
y curo bajo la lluvia
las heridas de mi alma
las cicatrices abiertas,
las tétricas pesadillas,
los ponzoñosos augurios
que han destrozado mi vida.
¡ya no volveré a esa casa!
me buscaré una guarida
donde por fin, sea libre
y recuperar las fuerzas
para retomar la senda
cantando bajo la lluvia
y dormir todas las noches
bajo una colcha de estrellas
sintiendo que aún estoy vivo
¡que aun puedo dar mucha guerra!