BENDITO
Bendito sea tu nombre,
por siempre santificado;
que no haya en la tierra hombre
que no te haya alabado.
Bendito sea mi Dios,
el Dios fuerte y temible;
que guarda su hiriente hoz
para el día tan terrible.
Bendito, bendito sea,
su nombre yo alabaré;
que desde su cielo vea
al justo, y consuelo dé.
¡Oh, Dios que habitas muy alto!
La espalda nunca me des;
si ves que de fe estoy falto
hazme venir a tus pies.
Autor: Jareth Cruz