Que me ocultas tú.
Que hasta olvidas mis aledaños
cuando antes, eso era tabú,
que ya no vas por el lugar que yo piso,
y desanudas con denuedo
el lazo, que siempre nos coligó,
que sin hablarme, sin tenerme,
eres muy persistente jugando al despiste,
y no consigo el antídoto de tu sangre
para que fluya por mi torrente,
que digo tu nombre noviembre,
junto a un jarrón sin flores ni poses
ignorando lo que haces,
y entretanto,
deambula un viento doliente
donde el llanto de octubre le atiende.
¿Que me ocultas tú,
que te intuyo entre pétalos de otoño
y no me pareces tú?