Al hijo que crece y extiende sus alas
Al ser querido que partió a descansar
A la riqueza incalculable tornada en perversa
Al ego que se eleva y no cuenta con paracaídas
Al tiempo mal empleado, y al empleo a destiempo.
Al pájaro que sueña con juguetear en la gramilla
A la mascota postrada que suplica alivio
Al pasado melancólico y al futuro ansioso
A la diosa fortuna, que de diosa jamás tuvo un pelo
A la superstición, creadora de miedo a destajo.
Al cielo y al infierno, por respeto a la tierra que nos sostiene
A los celos, que esclavizan y hieren;
y a la indiferencia, que castiga igual que los celos.
A la abundancia de poder que causa edemas de orgullo
A la cobardía, que estanca;
y a la temeridad, que arrebata.
...Soltar, para no producir averías en el engranaje.