El amor siempre seduce
al poeta con su pluma
y las letras él traduce
en un verso que no abruma.
Puede ser solo una estrofa:
dulce, tierna, enamorada;
la que nunca sabrá bofa,
para decirle a su amada:
«Mis versos, si son de amor,
no los escribo en papel;
prefiero, como el pintor…
¡Pintarlos sobre tu piel!»