Tres días en un viaje,
por sobrevivir en esta vida,
en un camino salvaje,
sin verte mi vida,
no esquivamos el peaje.
Sin bajar del auto,
nos subimos al tren,
comenzamos muy bien,
pero el animo se fue agotando
y la paciencia también;
en este vaivén.
Entre montañas y curvas,
El paisaje asomaba,
Aunque yo me imaginaba
tus montañas y tus curvas.
Más aun cuando estaba,
limpiando la ventilación,
de una carnicería,
donde el embutido y la carne seca;
estan a la orden del día.
Luego iran a los estantes,
del SuperMercado, donde por suerte
día tras día, anhelo verte;
desde el Sol naciente hasta el poniente.