Hoy estoy triste porque me hace falta platicar contigo, porque me hace falta tu sonrisa, esas bromas tuyas que eran tan especiales y genuinas.
Extraño esos días de riñas, donde enfadados nos sentiamos mayor uno que el otro, pero al final todo se volvia paz cuando haciamos las paces y nos dabamos un fuerte abrazo.
Recuerdo cuando me dabas un consejo, o cuando eras mi complice en alguna travesura, protegiendome de un regaño o de un fuerte jalón de orejas.
Recuerdo tu postura tan seria, pero tan sensible y juguetona, como ese niño que siempre esta pensando una travesura aunque se enoje mamá.
Recuerdo esos días alegres que compartimos todos juntos en familia, donde siempre decias algo chusco y nos reiamos a carcajadas.
Recuerdo los partidos de futbol que eran una batalla campal, y cuando mamá nos reñia porque no dejabamos dormir a papá.
Recuerdo esos días tristes de hospital donde juntos luchamos contra esa terrible enfermedad ganando batalla tras batalla, aunque al final ella gano la guerra.
Hoy en este día quisiera decirte cuanto te extraño, porque me haces mucha falta para reñir, para jugar o simplemente para platicar.
Hoy elevo una plegaria al cielo, para decirte que siempre fuiste el mejor hermano, que fuiste el mejor regalo que recibio papá y la bendición más grande que Dios le dio a mamá.