De añil se colorea el cielo…de un azur intenso,
verde la pradera…en su escala matizada de esperanza,
y de un claro transparente… se vierte el agua en los riachuelos.
Los pájaros sienten la brisa del verano…y se divierten,
revolotean contentos por los rincones del infinito.
Mariposas doradas invaden los jardines,
y las flores multicolores se extasían en los vergeles…
con su algarabía al vaivén de sus pétalos fragantes.
Con un silbido suave y agudo… el viento melodiosamente canta,
y se ciñe al sol…
que amanece resplandeciente en el oriente.
Desde temprano el día se pinta de fiesta.
Los ojos serenos se han puesto repentinamente radiantes,
y la mirada en el espejo…destellante de nostalgia…se prepara para el reencuentro.
Porque será que a pesar del dolor del trajinar permanente…
siempre hay momentos de alivio…
que apasionan el alma nuevamente.
Porque será que después de la tristeza más amarga…
siempre asoman instantes inesperados de consuelo…
como presagio de un nuevo comienzo.
La vida es magia…inexplicable.
La vida misteriosa nos lleva y trae por senderos de desconcierto…
pero siempre prende una luz al final de las más apremiantes jornadas.
Enigmática la vida…a veces me ha puesto al borde del desaliento,
donde la oscuridad somete con su frio manto,
allí donde acechan las más atroces penas,
donde el miedo le gana a la ilusión,
y el dolor parece que triunfa definitivamente…
sin dejar opción a un nuevo intento,
donde parece que se ha extinguido mi último aliento.
Pero la vida es magia…y en un segundo…inesperadamente…
sin siquiera imaginarlo…te devuelve la sonrisa.
Hay instantes en la vida que nunca se olvidan …
como el día en que llegaste a mi presencia…a ser parte de mi historia.
Aquel sábado indeleble…experiencia inconmensurable…indescriptible
que dio sentido a mi existencia…y llenó mi corazón de regocijo.
Aquel inefable día que usted empezó a latir en mis adentros…
y se convirtió en la razón de todo mi sentimiento.
Usted, que regresa a mi…después de tanto tiempo…
como las aves que retornan después del crudo invierno.
Usted que viene de derrotar las incertidumbres,
y ha logrado descifrado los acertijos del desafío…
con entereza y decisión…con perfección.
Usted que viene a librar las más duras batallas… con los dilemas cotidianos.
Usted que convirtió sus lágrimas en fortaleza a tan temprana edad,
y descubrió como cicatrizar sus heridas…con coraje y constancia.
Usted viene hoy…a festejar conmigo sus victorias…
vistiendo de hermosura sus 21 veranos impetuosos,
cubierta con la sabiduría de los humildes…
y con la valentía de los que jamás se rinden.
Usted brilla…
y la veo volar…alcanzando todas sus metas.
Usted anda por el camino correcto…
bajo la protección de Dios,
y eso me llena de paz…
me hace feliz y me conforta.
Usted me ha devuelto las ganas de vivir...
y el deseo de seguir soñando…
justo hoy…en su onomástico…
como regalo místico de lo Divino.