Me rompiste
como hoja seca que de un árbol cae,
me rompiste
como un vaso de cristal.
Me rompiste de tantas maneras
qué ya no quise preguntar
por qué me trabas así
y a la vez no me dejabas ir.
¿Será mi culpa tal vez?
Yo mil veces me cuestioné
si merecía ese trato
o por qué tanto maltrato,
yo bien te pude haber amado
pero me echaste a un lado.
No me voy a victimizar,
ese papel no voy a jugar
porque errores cometí
pero mi cara por ellos di
sin cuestionarte nada,
solo quería que me amaras.
Ahora queda recoger las piezas
qué dejaste regadas en el suelo,
sobrevivir mi duelo
y empezar de nuevo.