Adriana Lobatón Caller

Al amor se comieron las perdices

Y porqué ese recuerdo matutino aflora

de aquellas muestras de amor lejanas,

cuando las canciones ya viejas ahora

enmudecen al marchitar las ganas.

 

Tuvimos la oportunidad de ser felices

de oír nuestros suspiros entrelazados,

pero al amor se comieron las perdices

dejando restos de miedos pasados.

 

Seguro nos evocamos al caer la noche

y vemos nuestros cuerpos suspirando,

volviendo de nuevo al insulso reproche

de porqué los egos nos terminó alejando.

 

Sin embargo, me viene tu mirada suspicaz

algo dulce y demencial al verme en flor,

los cantos que entonábamos muy fugaz

era la embocadura para hacer el amor.

 

Así te añoro al llegar el alba y caer el crepúsculo

con todas las idas y venidas que eso conlleva,

el cuál sutil nos encierra en este delirante círculo

donde la ausencia sobra y a la memoria conmueva.