En la mañana
el viento se despierta
junto a la orilla.
Es una brisa
que llega de tus labios
hasta los míos.
Dulce resaca
con sones marineros
inconfundibles.
Sobre sus olas
hay unas mariposas
que las sortean.
Un bello baile
de grato colorido,
así se muestra.
Brillan los ojos,
se alegran las pupilas
y hay mil suspiros.
Y es que una mano
invisible, te ofrece
tanto espectáculo.
La vida grita
y nace en esta estampa
para nosotros.
Cierra los ojos,
actor afortunado.
Sueña despierto.
Porque el regalo
del día y de la vida
no tiene precio.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/06/23