Luis Roberto Otero

Mateo (soneto)

 

 

Él de su mente ya  se ha distanciado,

su cuerpo, tirado en la triste  esquina

parece que aquí  su vida culmina.

sus cercanos  ya lo han abandonado.

 

Aun con  locura él había gritado

 solo lo había oído su vecina

que al verlo  solo cerró su cortina.

Como ella, nosotros lo hemos matado.

 

El fue dejado por su fiel pandilla,

solo vagaba en busca de placer

para así acabar con su pesadilla.

 

Al final siempre volvía a caer

por culpa de esa maldita pastilla

 el solo es un recuerdo del ayer.