Reposa tu cansancio, que es de vida, en el lago
azul de lo vivido y sumérgete en el fresco cristalino
sintiendo las caricias de sus olas que llegan a tu piel.
Calma tus ansias y apoya tu pesar, como el ave
que en quietud descansa alas y luego las sacude
en bríos, despojándose de su fatiga y que deja en ese azul
profundo y claro, para reiniciar el vuelo hacia el granate
de la tarde que ya se va a dormir.
De mi libro “De esas letras pendientes”. 2018 ISBN 978-987-763-836-3