Sedante de mi alma inpensamte
Duermo despierto ante el acoso constante
Devoro mis letras aderezadas
Ya no se que pasa a través de mi almohada
Canto con la ansiedad ajena
Cuando me fluye el sentir en luna llena
Mi espada me detiene a mi mismo
Cuando sueño caer en el abismo
Siento sed del poema en mi garganta
Pero mi conciencia me caya y ataranta
Benditos los tropiezos que eludo
Cuando me sorprendo víctima de mi yugo
La salida se encuentra a la vista
Perdono cuando del cuerpo me desvista
Benditos mis hijos sin caricias
Pero parto dichoso al fuego o a la delicia
El amor no se ha apartado de mi vista
Néstor Grany