el brujo de letziaga

¡Qué halitósis nos deja la vida!

Estoy sentado en un incómodo banco
de madera carcomida
junto a un perro cascarrabias
que se pasa el tiempo ladrando y asustando
a la calma canicular de este mediodía.

 

Y me pregunto:

 

¿Por qué hoy estará cayendo la fruta
y vuela la mosca cojonera?
¿Porque no lloverá
y parece que todo es una ruina perpetua?

 

¡Qué hedor a hojarasca podrida
y materia orgánica,
donde la gangrena reina en el asco
y la belleza es un vómito!

 

De mientras, el perro
sigue doliéndose de la vida y ladra,
ladra y ladra.

 

Y yo voy cerrando el libro
que contiene el albur de lo que vive,
y de lo que muere.

 

El cigarrillo ya lo he quemado
y ahora ya
todo es una colilla.

 

¡Qué halitósis nos deja la vida!