Tiempo controla mi estancia,
de la realidad que presencio,
te recorro solo en silencio;
te esfumas como fragancia.
En la premura, la distancia
se dilata desesperada
como una gran llamarada
cual fuego sin bochorno
conduce al fatuo retorno
del desespero fallido;
tiempo ruin y enrarecido
te deslizas con holgura
por el temor y la locura
de mis propias cavilaciones,
señala bien las estaciones
para no sentirme perdido
y conseguir mi objetivo.