DÉCIMAS PANDEMICAS
Ardía en fiebre el enfermo;
afirma el doctor ¡es grave!,
aquí no sirve un jarabe,
alzando en su mano el termo,
asmático el estafermo
asintió: ¡ya soy difunto!
¿a quien culpo? yo pregunto,
amenazado a la muerte,
ante tan tamaña suerte,
al escuchar este asunto.
El desespero en la cara,
enemigo del paciente,
(es terrible lo que siente),
en una enfermedad rara,
entonces, ¿quien nos ampara?
esta es una alerta roja,
emergencia es lo que arroja,
eso anuncia el presidente,
empieza a correr la gente,
entre el llanto y la congoja.
Información viene y va,
Internet, redes sociales,
inundan los hospitales
incierto ¿quien vivirá?,
incluso ¿quien morirá?
inútilmente, es muy grave,
inocular es la clave.
Inventar una vacuna,
infelizmente ninguna,
institución esto sabe.
Organizan mil reuniones,
oran iglesias y credos,
otros manifiestan miedos,
oprimen a las naciones,
obligan las inyecciones,
ordenan la intervención,
ofrecen la solución,
obteniendo capitales,
obviando los ideales,
óptimos de la misión.
Un problema como este,
urgente a nivel mundial,
untó muchos del barrial,
unísono de la peste,
urbano igual que al agreste,
usaron como a un lacayo,
únanse a leer mi ensayo;
una décima hablará,
usualmente enseñará,
ustedes dirán si callo.
Maikel Mendoza