Tras un rastro de soslayo me hago el loco
camuflando una verdad que es más bien obvia
ya muy tarde para imaginarme la derrota
subterráneo en mi pasión a deshora:
situaciones que se tornan ilusorias
bajo el foco de esa hipnosis...
Una deuda me atosiga y soy yo quien la ha creado
a base de inundarme sin saber lo que hay debajo
de mis pasos mientras ando: así tan solo me relajo.
Lo que falta es lo que obliga
a pararse siempre a un lado
con las ganas de latir pero sin tinta para tanto
y abre brechas que se oxidan
y esta fiebre es prueba de ello,
un enredo en tu carencia
todos los viernes que es que llegan
sin consciencia prisioneros de su mismo desenlace
entre las flores verdaderas
que pueblan esos campos
incapaces de ser niebla mientras llueva mi hemorragia.
Tengo la vida resuelta
solo con pensar que tú me extrañas
cuando salgo y voy de juerga
a lo que venga: estoy delante.
Mañana no habrá quien me levante...