Poetisa de alma

La Eva que perdió a su Adán

 

Rojo tiñe mis suspiros

 

Rojo que emana del corazón sangrante

 

Clavado por la espina eterna del destino

 

Se cansó mi juventud envejecida

 

Consumida por un amor que nunca sucedió

 

Como la cera de una vela derretida

 

Frágil como el pétalo de una rosa

 

Cadavérica por dentro y cansada de amarte

 

En un vacío al que caigo con mi mente en otra parte

 

Distraída todo el tiempo

 

Como una Eva que perdió a su Adán

 

El sabor de la manzana agria quedó en mi boca

 

Y enrollada sobre mi cuello esa serpiente invisible que busca matarme antes del tiempo

 

¿Nos volveremos a encontrar en algún mundo que no sea el infierno?