Entiendo que no quieras ver luz
en la atrayente escala de grises sin matices;
que las voces te aturden
y aspiras a oir el sepulcral sonido de la soledad.
Comprendo la necesidad de mitigar
el oxígeno fluyendo sobre ti;
o estallar por completo frente a mí,
sin querer afilar la daga con la que me atravieses.
Sé que no quieres vencer el imán
que atrae más allá de nuestras almas;
no querer ser obtuso para ser abstracto
sin desdeñar el caos de deshilachos y desechos.
Sé que no quieres vencer al demonio,
para no convertirte en diablo;
sé que quieres alejarme del peligro,
olvidando cuánto amo el caos.