¡De vez en cuando te quiero!
Te quiero entre el musgo y las piedras,
Escarbo en la tierra y agito las flores.
Te quiero en la memoria y el olvido,
También entre tus aromas de lirio
Y entre tus ojos de mar profundo.
¡De vez en cuando te quiero!
Cuando las noches se hacen eternas
Te quiero entre piel y sábanas de seda.
Te quiero en el abrazo eterno
Y el recuerdo de sentirme en tu regazo.
¡Ah, pero también hay ocasiones en que te odio!
Te odio cuando no te encuentro,
Cuando al cerrar los ojos no hay memoria
Y cuando esta piel se aja de ausencia.
Te odio cuando tus ojos no me reflectan,
Cuando no hay aromas, no hay noches
Y nada de ti conmigo se queda.