Si tú sonríes
devuelves a la vida
una sonrisa.
Ella, primero,
te ofreció ese regalo
y un nuevo día.
Y fue en la aurora,
el sol con sus caricias,
hizo el milagro.
Por eso, nunca,
olvides la sonrisa
que fue un regalo.
Sal de la cama,
comienza la jornada,
que cante el alma.
Luego camina
y marcha hacia el trabajo
con ilusión.
Habrá personas
que encuentres y te ofrezcan
una sonrisa.
No las rechaces,
son tiernas margaritas
de primavera.
Son mariposas
que vuelan, escapadas,
de algunos labios.
Son poesías
y versos que los labios
dan a la vida.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/06/23