Fue la discordia de suaves aromas
el aroma que embriaga la razón
el aroma que marca las memorias
fue la cortesía de su corazón
Eternos desearía fueran sus pasos
para descubrir la causa de sus sonrisas
para recibir la ternura de sus ojos
Ojos de arena, de mil alegorías
En su piel se dibujan laberintos
son caligrafías que hipnotizan
que trazan ríos para conocerlos
y que en el desierto no terminan