Carolina Prieto

Divago.

El misterio de la oscuridad en mi mente

Me hace vagar en un diván inerte. 

 

Desilusión, premura y soledad:

La no reincidencia por caridad. 

Me reencuentro en los versos, el café

Y las sinfonías inconclusas.

 

Un beat aulla en mis sonidos,

Emito esperanza hiriente 

Y el desasosiego de esas manos calientes.

 

Estoy.. ¿Estoy? Soy invisible.

Me consume la lobreguez rotunda,

Soy sin más, esta vida en escala de grises.

 

Mis sueños sienten  asco de mí, 

Carezco de melatonina,

En el día no me percibo viva. 

 

Repulsión a la comida, 

Los olores, colores y texturas.

Estoy caminando el camino,

Pero no encuentro la ruta.

¿Dónde iré? ¿Qué seré?

 

Esto es una espera resistente.

Espero, me espero a mí.

¿Dónde estará mi alma?

Hace mucho que salió de aquí.

 

Soy huesos, piel y locura; 

Si muero, no habrá más. 

 

Quiero salvarme de la oscuridad

Del monstruo que habita mi mente.

Ese monstruo soy yo,

Mordisqueando las grietas ardientes.