En canal me partí para alumbrarte
y al tomarte amorosa entre mis brazos
el tacto de tu piel me estremeció
creando entre nosotros firmes lazos.
Amor divino, sangre de mi sangre
bendito el día que llegaste a mí
alegrando mi vida con la tuya,
¡más cariño no puedo recibir!
Mis errores perdonas sin reproches
si flaqueo me llevas de tu mano
si dudo, tú, me enseñas el camino
y en vilo me levantas si me caigo.
Rosario Bersabé Montes