Solo el reflejo verde brillante
de las hojas en la espesura
veo a través de la ventana
en una hermosa mañana,
un recuerdo irreal y distante
de tú candidez y tú dulzura.
La música en la lejanía,
estridente y distorsionada,
no irrumpe con la lozanía
del sonido melifluo de la brisa
que acaricia la enramada;
la vista se derrite extasiada
y a flor de piel una sonrisa
por el milagro de la vida.