Si alguna vez me fallé
Pido perdón,
Si entre tantas piedras que recogí solo quedaron dos,
Pido perdón,
Por lo que fue, y por lo que no fue,
Por las veces en que mi destino fue renacer entre horripilantes cabernas inciertas,
Estas horas marchitas en la nada,
Inmenso horizonte inconcluso a la espera de un barco impetuoso,
Dos batallas para el final
Asumiendo la muerte eterna,
Brisa cristalina de la inmensidad
Desde los mas altos misterios
En un solo abismo
El paraíso.