Recuerdos de antaño
vinieron a mi mente,
al ver esa alegría en ti
cual hermosa niña inocente.
La sujetabas en tus brazos,
cariñosos refugios de amor,
a quien entregaras en pedazos
uno por uno el corazón.
En el pasado fueron de juguete,
con los cuales resaltabas
ese amor tan congruente,
Con el que esa tarde entregabas
esa hermosa sonrisa,
tan linda, franca y reluciente.
Carlos R. Barrera