Y se marchó.
Cómo el pajarito que una vez tuviste, o ese gatito que se perdió, o la tortuga que te había regalado tu tía que te la terminaron robando.
Robar, perder, marcharse. Es así el amor que siento por ti.
Por qué el amor es horrible, enserio, no quiero más. No quiero conocer a alguien, ni por mera coincidencia ni por buscar la satisfacción propia.
Después de vos no fui de vuelta esa niña, la cuál estaba ilusionada a amar y ser amada.
Papa y mama esto no me enseñaron, no dijeron que me iban romper el corazón y que iba a salir tan lastimada.
Necesito ayuda, pero no la tuya. Quiero que alguien esté conmigo, en un sentido de la amistad incondicional, parece ser que nadie entiende.
Y cuando más necesitas, más frío se hace todo.
Justo hoy en Argentina, es uno de los días más fríos. Estamos a 4° pero siento que ya me congelé.