Veo con impotencia necia… excitado a veces,
como se derriten los amaneceres…empapados de roció,
como nacen los días… desconsolados…sin anhelos,
con las ilusiones marchitas y los afanes adoloridos.
Veo como bosteza la sábana su pereza,
y en el frío lecho …impávida mi tristeza…duerme sueños heridos.
El sol detrás de la niebla espera,
y las ganas no han decidido aún renunciar a esta flojera,
y esta desidia mía, que se va contagiando de indolencia.
Indefinidamente…se alarga la desolación…
siento una aflicción incontenible…
y una pena indefinible que me somete a su apatía.
Veo el cielo gris…tan temprano… envuelto en páramo,
y los follajes del huerto…agitados por el viento…tolerando la intemperie.
Parece como si se hubiese adelantado el invierno.
Las aves trinan irritadas…huyendo del paisaje,
emigran, seguramente a otro espacio donde puedan desplegar sus fantasías,
viajan lejos, probablemente pretendiendo escapar del caos.
En el perenne letargo de mis recuerdos…me veo aún…aferrando a la esperanza,
celando la flama de mi delirio,
tratando de sobrevivirle a la soledad,
escondiéndome de tu abandono…
intentando evadirle a tu olvido…
sin dejarme convencer de tu ausencia…
acogiéndome al silencio profundo de mi nostalgia,
susurrando una última plegaria…con la fe prendida todavía…
esperando verte renacer en un milagro.
Así…alucinando vivo…
con el miedo atroz de saber que ha muerto el amor entre los dos…
con miedo a enterarme que ya no existo en tu destino.