Freddy Kalvo

El loro y el avestruz

 

Un loro y un avestruz

platicaban cierto día

en horas del mediodía

en un bosque a media luz.

 

Y de pronto oyeron llantos,

en medio de la arboleda

y la voz se volvió queda,

con silencios… ¡con espantos!

 

Pues oyeron los disparos

y unos gritos espantosos

que se oían, dolorosos

y en el bosque… ¡no son raros!

 

Dispararon a mansalva

a los pobres habitantes

con los ruidos crepitantes…

Y en el bosque… ¡quién te salva!

 

El avestruz fue a esconderse

y en el hueco preferido

su cabeza la ha escondido…

¡Prefirió mejor perderse!

 

Y aquel loro y avestruz

presenciaron la injusticia;

y al querer hacer justicia...

¿Quién cargó pesada cruz?

 

¿Y el avestruz, fue testigo?

¡Jamás oyó… ni vio nada!

La cabeza estaba echada…

¡Oigan bien lo que les digo!

 

Fue aquel loro muy valiente

con su canto denunciante

que marchó siempre adelante

¡Con su lucha vehemente!

 

Esta fábula y su luz

no tienen mayor rareza

siempre esconden la cabeza

muchos como el avestruz.

 

Nunca saben, nunca miran,

lo que pasa en el entorno;

pero llega con retorno,

como el bumerán que tiran.

Y de pronto hasta deliran

cuando arrecian los dolores

con todos los sinsabores

de las tantas injusticias

que llegan con impudicias…

¡No lo olvides, no lo ignores!