Bajo la virtud del cedro
habremos de invocar a un campo de magnolias
los rumores serán alas reales
pájaros gravitando entre los crepúsculos.
Hoy habremos de romper las olas
de llegar más lejos bajo el susurro de las gerberas.
Hoy seremos la lluvia que ansía el matorral
en una playa impensable
en una playa eterna.
Hoy seremos hijos de la altura;
sacudiéndose el barro y engendrando memoria indisoluble.
Hoy nos frotaremos las manos para desvanecer la espina del cardo
hoy
abatiremos
a una realidad que cruje.