A veces quisiera decirte tantas cosas.
Acercarme a ti sonriendo. Contagiarte de mi felicidad.
O escribirte en las noches. Conversar contigo. Mandarte besitos. Imaginar juntos, desarrollar historias en nuestro universo.
Pero heme aquí.
Con los ojos humedecidos y con lágrimas bajando por mis mejillas.
Recordando que no soy solo yo quien te importa. Sabiendo que hay más mujeres al rededor de ti. Y que tal vez sea yo la más tonta. Por quererte y no importarme el saber que no me amas .