Caminando iba un borracho
por la calle “La Amargura”,
en la calle más oscura
tropezando hasta caer.
¡Oh que vida desdichada!
Una vida que no debe
pero sufre porque bebe
y si bebe es por placer.
Y el borracho iba sufriendo
sus pesares con angustia
y con una vida mustia
afectando su vivir.
¡Qué desdicha la del pobre!
Con clamor luego imploraba
por la vida que llevaba
siempre a cuesta y con sufrir.
¡Pero nunca tuvo un cambio!
Continuó con la bebida
maltratando más su vida,
maltratando su existir.
Y al final de aquel camino
que constante recorría
le produjo la agonía
y borracho fue a morir.
Hoy está en el Camposanto
descansando eternamente
otros más, probablemente,
ya sabrán lo que pasó.
Y en la tumba quedó escrito
a la sombra de un gran árbol
en su lápida de mármol:
«Por placer sufrió y murió»