Malévola; muerdo mi polvo en tu veneno,
retuerzo lo que siento a mis venas solas:
quieren estallar a mi mudo y quieto.
Mala vía, origen de mi tortura: ¡Amarle!
después de su daga que a mi carne amante clava;
¡Olvido matarle! Otra vía otorgaría para salvarme.
Mala, tus desaires, sustancias mortales,
entraron a mis venas sin mancha,
hoy se ensanchan a negros portales.
Abriré malévola sus raíces
y roja deslizada sobre la que fue mi cárcel;
cerraré malévola tus deslices.
Isaías González Arroyo