Aldebarán

Deshoja

Camina el olor de ceniza en el aire

marchitando algo, ya nunca podra

ofenderse

No llora ni huye, perdura, en el látigo del viento

Quemándose de pies a cabeza se incinera el recuerdo

Muere en la espera de que algo pase

Más halla de las llamas que lo consumieron

Y muere y sin embargo, seguirá muriendo

Y un día se encontrarán sus ojos de frente

Con la llama menguante y el dolor absoluto

Un día también desplomara las pestañas

En otoño, un árbol mudando sus hojas

Tiernamente, si, sentirá morir sus sueños

Y escuchará en su almohada el grito del rayo

Que apuñala su pecho.