Hoy escribo con fervor
sobre una historia pasada
en la que yo enamorada
tenía un entrañable amor.
Predestinado él rápido llegó
en una hermosa primavera.
Yo juré amarle la vida entera
y él alegre lo mismo me juró.
Plantamos con vehemencia
los sueños que con placer
nuestro amor hizo crecer
preñado en reminiscencia.
Nos deseamos con fuerza
y urgimos con fatuos fuegos
nuestros fervientes apegos
por dar al amor certeza.
Magnas miradas fugaces
cual destellos de estrellas
siguen siendo todas ellas
para nuestro amor enlaces.
Aventureros los abrazos
con una espada en la mano
defienden “el yo te amo…
este amor no tiene plazos”.
Amelia Suárez Oquendo
4-6-2023